Desde la teología de la liberación, en este año 2021 hemos hecho una aproximación a algunos elementos de la realidad desde la geopolítica actual, como contexto vital y como realidad histórica social y cultural, la cual se constituye en lugar teológico. También hemos abordado la espiritualidad de la liberación en sintonía con las nuevas realidades y desde algunos temas: la mujer, los pueblos originarios y la ecoteología, interpretando desde la subjetividad y percibiendo el contexto para comprender la textura de la vida, lo vital del entorno y, en ello, distinguir el misterio de iniquidad.

 

Gustavo Gutiérrez define a la teología de la liberación como la reflexión crítica de la praxis histórica a la luz de la Palabra. A la teología le corresponde el “acto segundo”. El primer acto es “la irrupción del pobre, su nueva presencia en la historia como irrupción de Dios en sus vidas”, como punto de partida de la reflexión teológica y como lugar teológico en la praxis histórica.

 

Jon Sobrino, por su parte, aceptaría como ‘signo de los tiempos’ la realidad clamorosa del mundo de los pobres; ‘signo’ según la acepción eclesial-pastoral como por la acepción teologal (manifestación actual de Dios). A ese signo objetivo, corresponde subjetivamente la opción o amor por los pobres (pre-comprensión para la teología), como su perspectiva hermenéutica, fundando la comprensión formal de la teología como “intellectus amoris et misericordiae”.

 

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