El Papa Francisco nos da una clave para vivir la espiritualidad hoy: “escucha de Dios, hasta escuchar con Él el clamor del pueblo; escucha del pueblo, hasta respirar en él la voluntad a la que Dios nos llama” (Episcopalis Communio). Son palabras con raíces bíblicas y con acento latinoamericano.

 

El nombre del Espíritu es Ruaj y se traduce como viento, aliento, respiración. En Ella (pues en hebreo es una palabra femenina) está el origen de toda vida. La respiración de Dios nos hace seres vivientes y todo lo conecta desde el corazón de nuestra Madre-hermana Tierra, haciéndonos comunidad de vida con todos los seres, todas/todos hermanos y hermanas.

 

Hoy hay una gran búsqueda de espiritualidad. Desde diferentes lugares y culturas estos buscadores/buscadoras han comenzado a valorar la respiración consciente como medio que nos permite vivir conectados.

 

Para los cristianos y cristianas esto es respirar el Espíritu de Jesús, es vivir una existencia de personas resucitadas, que viven en el silencio del amor a Dios y al prójimo, el silencio activo del compromiso y la misericordia, de la paz y de la justicia. Esta manera de vivir el seguimiento de Jesús hoy es el punto de partida imprescindible para nuestro discurso sobre Dios. Al respecto, nos decía Gustavo: “nuestra metodología es nuestra espiritualidad”.

 

Proponemos a continuación algunas intuiciones, inspiradas en la experiencia vital de estos tiempos, que nos pueden ayudar a madurar nuestra espiritualidad de la liberación, siguiendo lo mejor de nuestra tradición latinoamericana.